domingo, 13 de septiembre de 2009

ROTO Y MAL PARADO - Plataforma 2009

El fin del ciclo K y las perspectivas de acá en más
En este año se han conjugado el fin del proceso de recomposición hegemónica de la burguesía y el fin del ciclo económico ascendente de 2002-2008. Cambios políticos y económicos que llaman a la burguesía a redefinir proyectos, luchando por imponer encontrar el enfoque político bajo el cual se organiza la dominación de clase.
En estos momentos de aparente indefinición los discursos parecen más sonoros, como si estuvieran sustentados en proyectos políticos sólidos. Por un lado, el gobierno juega el juego de una supuesta recuperación de iniciativa con proyectos como el de la ley de medios. Por el otro una oposición aberrante, que no tiene inconvenientes en asumirse como la reacción y en proponer la vuelta al modelo noventista basado en el ajuste, la liberalización y la privatización, exagera su carácter “agropecuario”, posibilitando a su vez que el gobierno aparezca como industrialista frente a un supuesto proyecto agroexportador y retrógrado
Ambos juegan el juego que les permite legitimarse en relación al otro. Pero detrás de estos fuegos de artificio se alcanza que, en el juego real, en el de los intereses de las clases propietarias, no hay sino matices en cómo repartirse parte de la renta entre sectores capitalistas no totalmente ajenos entre sí.
El juego entre gobierno y “oposición” es tan sonoro como inmovilizador. Unos claman con cada vez mayor hipocresía por la “distribución” mientras que los otros logran legitimarse criticando el hecho de que las políticas redistributivas no redistribuyen. Al fin de cuentas, pareciera que todo el arco político argentino estuviera por la redistribución, y tanto consenso han logrado que la distribución del ingreso argentino es cada vez peor.
Ni en políticas económicas ni en políticas sociales el matrimonio K tiene nada para ofrecer para enfrentar, por caso, la creciente pobreza que afronta el “Conurbano profundo”. Si en los mejores años de la economía kirchnerista no se aprovechó el ciclo favorable, hoy, con un claro freno económico, no queda ni credulidad para distribuir.
Del otro lado del mostrador encontramos a aquellos que, con las mismas restricciones en términos de distribución, van aún más allá, aplaudiendo el discurso neoliberal funcional a los pooles de siembra y a los grupos transnacionales exportadores de granos. De Narváez, Macri, Solá, Cobos, Reutemann y Carrió constituyen los principales exponentes de este grupo de nostálgicos.
Así como en la plataforma del año pasado considerábamos importante el no rifar las organizaciones sociales que supimos construir y apostábamos a reinventar la identidad de izquierda, creemos que hoy esa batalla sigue existiendo y que nuestra tarea, por tanto, es tomar el toro por las astas, y debatir política.
Debatir política no como un mero ejercicio que deviene de una intelectualidad abyecta, sino para confrontar proyectos y modelos de país con las organizaciones que hoy van a esta elección: en primer lugar no queremos un proyecto punteril como el que pretende (y reproduce) La UES, basado en una estructura monstruosa como la del PJ y que, como vimos, no ofrece ninguna respuesta a la necesidad de redistribuir los ingresos y aplicar políticas sociales integrales e imprescindibles. Tampoco queremos imaginar proyectos afines al campo popular donde los principales exponentes son precisamente nuestros enemigos: no pretendemos ver “puebladas” ni “rebeliones agrarias” como gran parte de la ex conducción del Centro de Estudiantes (IS-29 de Mayo) pretendió ver durante el año pasado en actos donde hablaba gente tan detestable como Biolcatti y Miguens (lo que provocó precisamente la ruptura de quienes hoy se vuelven a juntar uniéndose sólo por espanto, como sabiamente dice el dicho popular).
La necesidad, entonces, de construir organizaciones autónomas y cultura crítica sigue estando a la orden del día. Sólo así podremos, tal como decíamos el año pasado, evitar caer en el seguidismo de luchas ajenas, y sólo así podemos evitar legitimar las necesidades del bloque en el poder.
Este asunto está ahora (y para siempre) en nuestras manos...

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